miércoles, 6 de noviembre de 2013

Tiempos dificiles

Como siempre, o como casi siempre, ella se volvía a encontrar cubierta bajo un manto de estrellas. La noche no la engañaba, como de costumbre volvía a caer. Sobre las nueve, comenzaba a desaparecer el primer rayo de luz por la colina ya la vez un rayo de esperanza en su corazón desaparecía. Eran tiempos difíciles, sola, sin nadie con quien compartir la más preciada sonrisa, enajenada por el extraño olor a tierra mojada que asomaba por el horizonte, cansada de trabajar sin obtener beneficio.
La tierra, reblandecida por las lluvias de la pasada noche, se colaba entre los dedos de sus manos y pies. Dejaban en la joven una sensación de placer y armonía con la naturaleza. La primera gota nubló sus gafas, el único problema es que todavía no había empezado a llover.